Hace unas semanas hicimos juntada de chicas en casa. A contó que estaba preparando una muestra en PROA que tiene como característica ser un museo lindo lindo lindo, todo prolijito y blanco. El lugar es rígido, mucho cemento, mucho plan construction. Pero divino.
La propuesta es de Alejandro Cesarco, artista uruguayo. Es un happening, una intervención, en la librería del museo, con referencias a Hiroshima Mon Amour de Resnais. La paga es poca pero son sólo los fines de semana, por lo que la idea me resultó tentadora.
Y como una no se queda quieta agarré viaje. Así que me prendo a la perfo intelectualoide de PROA y me gasto los sábados y domingos, por unas tres horitas, vestida de vendedora de libros de las que indican más dónde está el baño que los precios astronómicos de reproducciones hermosas.
Veremos qué sale.
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